LOS POBLADORES ORIGINARIOS DE NUESTRO TERRITORIO
ORGANIZACIÓN:
Su organización social consistía en tribus, formados por grupos de 10 o más familias, los guiaba un cacique que los guiaba en las batallas y además marcaba algunas actividades cotidianas de la tribu.
El 'cacique', jefe que aunque solía pertenecer a un linaje debía ser electo y consensuado permanentemente por el conjunto, donde los vínculos interpersonales eran muy importantes y conservaban la filiación poligámica (podían tener más de una esposa).
SUS VIVIENDAS:
Los Charrúas ubicaban su vivienda cerca de ríos y arroyos y en lugares que les asegurara una abundante alimentación natural.
En general la vivienda consistía en una estructura simple de 4 palos clavados en la tierra sobre los cuales colocaban travesaños horizontales. A los costados ataban esteras de juncos o totoras para protegerse del viento, y en épocas de frío y lluvia agregaban otras para formar un techo más bien plano.
Eran fáciles de armar y trasladar, dado que no tenían “paradero fijo”, eran nómades.
Cuando escaseaba la alimentación se mudaban a otro lugar más adecuado, por eso que la vivienda estaba de acuerdo a su tipo de vida trashumante.
Con ramas arqueadas y cubiertas con cueros de buen tamaño, construían techos de toldos como bóvedas, alargados o redondeados.
ARMAS Y UTENSILIOS:
Los utensilios que usaban eran pocos y sencillos: armas para la cacería, y armas de guerra y pequeñas piezas de cerámica propias de los pueblos que son cazadores y recolectores nómadas.
Tenían cuchillos de piedra, arcos y flechas, azagayas (lanzas pequeñas o dardos arrojadizos), rompecabezas ( que eran piedras con puntas talladas que sobresalían algo más de dos centímetros de su forma esférica, y que iban atadas a una rama o tira de cuero de unos 40cm de largo para su manejo). Los arcos de los Charrúas eran simples, que fueron disminuyendo de tamaño con el paso del tiempo. La honda fue utilizada en la caza y como arma agresiva en la lucha, manejándola con gran destreza, arrojando piedras que podían matar un pájaro en vuelo y derribar animales corpulentos.
Otra de sus armas arrojadizas eral las boleadoras, empleada en la caza y en la guerra en sus dos tipos: de dos o tres bolas.
Hechas de piedras duras y de grano fino, para obtener un buen pulido, sus diámetros y sus formas variadas, de 4 a 8 cm, ovoides, redondas, elipsoides, apuntadas, acilindradas, con forma de peras. Les tallaban un surco circundante o doble ranura para ceñirles un tiento retorcido de un metro o un metro y medio.
En la de dos bolas, las piedras eran similares, pero cuando eran de tres, una de ellas era más chica, las unían radicalmente, las dos grandes con ramales de igual longitud y la chica con un ramal más largo, servía de manija.
La bola perdida, también conocida como ” bola pampa o Charrúa” tenía afinidad con la boleadora, consistía en una bola sujeta a un solo ramal.
ALIMENTACIÓN Y VESTIMENTA :
"Estas tierras eran muy ricas en fauna salvaje, abundaban los carpinchos, ñandúes, venados, mulitas, tatúes, nutrias, que constituían parte importante de su alimentación. También aprovechaban la carne de otros animales como los patos, martinetas, pavas de monte, perdices, y los huevos de estas aves, constituyendo en definitiva una dieta muy rica en proteínas y muy apetecida por nuestros indios.
En cuanto a su vestimenta, los historiadores relatan que los charrúas usaban muy poco abrigo. El mismo consistía simplemente en un taparrabo, y un tipo de sacón llamado "quillapí" hecho con pieles sobadas de animales, que en invierno usaban con el pelo hacia adentro, y en verano lo daban vuelta".
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