Atentado en Estados Unidos
En la madrugada de este domingo, Estados Unidos sufrió el peor atentado desde la caída de las Torres Gemelas en 2001.
El agresor, muerto en un enfrentamiento con la Policía, irrumpió en Pulse, un club gay de Orlando (Florida) con un arma de asalto. Antes del ataque, juró lealtad al ISIS.
Estados Unidos vivió este domingo en Orlando (Florida) uno de sus
capítulos más oscuros. Un hombre de 29 años abrió fuego en una discoteca
popular entre la comunidad gay, matando al menos a 50 personas e hiriendo a otras 53. Es el peor tiroteo
múltiple registrado en la historia del país. Los primeros indicios
apuntan a un único tirador, que murió abatido por la policía. El
atacante, identificado como Omar Saddiqqi Mateen, era un ciudadano estadounidense de padres afganos. El Estado Islámico
(ISIS, por sus siglas en inglés) asumió la autoría del ataque, pero las
autoridades estadounidenses señalan que no hay pruebas que respalden una
conexión directa entre el grupo y el ataque. El presidente Barack Obama calificó la masacre como un “acto de terrorismo y odio”.
El padre del tirador dijo a la cadena NBC que no cree que
el ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a
motivaciones homófobas. “No tiene nada que ver con la religión”, dijo
Saddique, que aseguró que su hijo se indignó hace dos meses cuando,
durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose.
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